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Yugoslavia. Holocausto en los Balcanes

Título: Yugoslavia. Holocausto en los Balcanes

Autor: Alfonso Rojo

Reseña hecha por: Iván Marcos  @ivanmarcos

Los Balcanes son una de esas zonas del mundo que forman un auténtico cruce de caminos cuyas consecuencias son fruto de la propia Historia de la región. Y tienen la característica de ser ese caos en el corazón del viejo continente, de tal manera que en el Oriente de la vieja Europa confluyen de forma acusada la memoria de antiguos imperios como el Otomano, el Austro Húngaro y el Ruso. Los países de la extinta Yugoslavia forman una crisol que define perfectamente ese casos étnico, religioso, cultural y geopolítico.

Alfonso Rojo destaca ahora como tertuliano ultra conservador en la televisión, pero hace un par de décadas fue un prestigioso corresponsal de guerra. La verdad es que puedo decir que  detesto  sus actuales opiniones conservadoras neoliberales en los medios, pero admiro su época de los tiempos de reportero. Por ello,  el presente libro es una obra que ayuda a comprender muchas realidades del conflicto que durante la década de los noventa asoló los Balcanes. Y va escrito en primera persona por alguien que estuvo allí en primera línea para contar la barbarie que ocurría. La obra también nos muestra parte de los antecedentes históricos que conforman la herencia de la zona y sin duda es algo  que ayuda a comprender muchos problemas.

No debemos olvidar que el  inicio de la Primera Guerra Mundial  tuvo lugar a partir del asesinato en Sarajevo de Francisco Fernando de Austria. A partir de aquel fatídico suceso empezaba la guerra que iba a desangrar el mundo y que sería el preludio de  la locura de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente con la derrota del nazismo algunos países iban a caer en el oscurantismo del Telón de Acero bajo  las décadas con  el Comunismo. Yugoslavia era uno de esos países y formó parte de aquello llamado el Este.

Las características de Yugoslavia son realmente complejas, en aquellos tiempos de la Guerra Fría fue  sin duda el país del Este más abierto. Tito era visto por muchos como el jefe de estado  menos tirano entre todos  los dictadores de los países del Telón de Acero. Esa supuesta apertura permitió entre otras cosas que las identidades nacionales confluyeran sin demasiado problema. Pero en los años ochenta con la muerte de Tito y posteriormente con la caída del muro de Berlín y del sistema comunista la mecha iba a ser encendida rápidamente.

La actitud del ultra nacionalista Milosevic como catalizador de odio y de arengar a las masas en la vertiente nacionalista extrema hizo que las cosas se salieran de madre con aquella locura de conflicto. Mucha gente imaginaba que tarde o temprano se produjera el conflicto y ya era algo que  analistas  de la Inteligencia de Estados Unidos veían venir .

La independencia de Eslovenia fue poco problemática  y las escaramuzas bélicas fueron unos escasos días de conflicto apenas sin victimas. Pero Croacia iba a ser otro cantar e iba a empezar el baño de sangre y hechos que recordaban a los genocidios y limpiezas étnicas  de la Segunda Guerra Mundial. Matanzas, campos de concentración, limpieza étnica, en definitiva la barbarie de una guerra civil que asolaba Europa a finales del siglo XX y que mostraba aquello que nos dijo Churchill : «Los Balcanes tienen más Historia de la que pueden asimilar»

La teoría era que todos estos pueblos han sido siempre multiculturales y mezclados, el puente de Mostar destruido  representaba muy bien aquella unión. Pero el odio nacionalista prendió la mecha para defender identidades propias de forma excluyentes. Los   serbios ortodoxos y con alfabeto cirílico, croatas católicos y alfabeto latino, bosnios musulmanes herencia del pasado turco.

Todos ellos  hermanos y vecinos que vivieron juntos y mezclados en paz vieron como de la noche a la mañana la barbarie aparecía en sus vidas. Antiguos recuerdos  y viejos odios de las épocas en que unos fueron ustachas o chetniks, la sangre del pasado iba a transformarse en limpiezas étnicas y en genocidios en masa a las puertas de una Europa  hipócrita y burocratizada que como las Naciones Unidas miraban para otro lado.

Ciudades sitiadas como Vukovar y batallas en ciudades turísticas del Adriático que se encuentran  a dos horas escasas  de vuelo de muchas  capitales europeas. Toda aquella locura iba a ser parte de las noticias que nos contaba gente como Pérez Reverte en el telediario. Noticias que mostraban como se  desgarraba una tierra con baños de sangre y como se perdían las vidas de miles de personas. Todo aquello iba a prolongarse durante muchos años y el conflicto iba a llegar a Bosnia, donde ciudades como Sarajevo y Mostar iban a ser víctimas de lo peor de la condición humana.

Se trata de un libro que nos lleva de primera mano a aquellos tiempos que asolaron una región fascinante de Europa. He viajado por la zona hace años y ahora acabo de volver de un vieja por los Balcanes donde pude estar en Montenegro y Macedonia. Sin duda que estamos ante una zona tan fascinante como sangrienta y cruel.

El libro es una obra fundamental que nos lleva de primera mano  a las entrañas de un conflicto  cruel y triste en la vieja Europa.

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2 comentarios

  1. Tengo este libro casi desde el día en que salió, así como todos los de Alfonso Rojo mientras fue corresponsal de guerra y enviado especial del diario El Mundo. Era un tipo al que admiraba tanto que asistí a una de sus conferencias en la facultad de Periodismo donde yo estudiaba a principios de los 90. Me acerqué a él y le dije que tenía todos sus libros excepto «La comida del tigre» un relato del Nicaragüa sandinista. No sólo me dio una copia sino que hizo de Cicerone para mí de la redacción de El Mundo, en la que me introdujo y en la que estuve muy a gusto.

    De vez en cuando repaso sus libros sobre la URSS o Yugoslavia y, sobre todo, en el que hace un relato de la historia de los reporteros de guerra.

    Ahora no doy crédito a su deriva sectaria. Una pena que una persona válida como él haya acabado de plató en plató haciendo demagogia al peso según le paguen. Muy triste, menos mal que nos quedan sus libros.

  2. Hola Álvaro .
    Me ha gustado mucho el libro, como bien dices nada que ver su etapa de corresponsal a la actual de tertuliano cutre. Su mirada de corresponsal de aquellos tiempos creo que tiene muchas dosis de talento, realidad y frescura.
    He encargado en librería de segunda mano «Moscú sin brújula», tiene muy buena pinta, pronto me llegará a casa.
    Un abrazo

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