Título: La memoria del Ararat. Viaje en busca de las raíces de Armenia
Autor: Xavier Moret
Reseña hecha por: Iván Marcos @ivanmarcos
Acabar un libro de viajes y pasar la última página a menudo nos lleva a desear leer mucho más, a querer que el libro no se acabe nunca. Un libro ha cumplido una enorme misión si nos ha hecho pasar agradables momentos y si nos incita a saber mucho más del lugar.
Estamos ante un libro que nos sirve como aliciente para buscar otros libros, para querer escarbar en los entresijos del tiempo y obviamente en desear viajar al país.
Xavier ha escrito un libro con el que es fácil empatizar desde el primer momento, incluso se podría decir que de su prosa emana una cierta ternura e inocencia. No había leído nada del autor, aunque tengo algunas de sus obras pendientes desde hace años.
Es un libro de viajes que merece mucho la pena, tanto por la forma en que está escrito como por la humildad de la que hace gala el viajero-escritor y el evidente interés del propio país, Armenia.
Hay que decir que no abundan los libros sobre la región del Cáucaso y creo que siempre es una buena oportunidad el poder conocer algo más sobre esta compleja zona del mundo. La región caucásica es todo un cruce de caminos, un lugar que no es sencillo definir ya que está a medio camino entre el comienzo de Asia y los evidentes coletazos del antiguo imperio soviético. Razas, religiones y conflctos se juntan aquí para recordarnos que el ser humano tiene demasiadas fricciones desde siempre.
Armenia cuenta con una rica historia y de ella emana un sentimiento propio que no me atravería a llamar de europeo, pero que sin duda mira a Occidente, con una iglesia cristiana propia.
El país está lleno de complejidades, desde el enclave geográfico al peso de la Historia con mayúsculas, y esa es sin duda una parte indispensable de las páginas que componen el libro.
El lector se encuentra en el libro con tres hechos claves, el primero es el genocidio armenio, el segundo es el Monte Ararat y el tercero es la diáspora armenia repartida por el mundo. A través de los capítulos, e independientemente del lugar en el que nos encontremos, ambos temas salen a relucir una y otra vez.
Viajamos a ciudades, pueblos, montañas, monasterios y espacios naturales, algunos emanan belleza, otros no, pero a cada paso sentimos el peso de la Historia. Las páginas y los kilómetros recorridos nos llevan a encontramos con infinidad de personas, unas vienen de la diáspora y otras están en el propio país, intentando sobrevivir y salir adelante. Unos y otros se cruzan siempre con los ecos del pasado, con el genocidio, el Monte Ararat y la diáspora, luces y sombras que siempre vuelven, como un hilo conductor de la Historia que está presente y del que no podemos huir.