Título: Burton Holmes. Crónicas de un viajero
Autora: Genoa Caldwell
Reseña hecha por: Carlos Olmo Bosco @vagamundo
«Este magnífico volumen es un fascinante compendio de lo mejor de su archivo, formado por más de 30.000 fotografías y 150.000 metros de película… Haga lo que sea necesario para conseguir un ejemplar de este libro.» —Sunday Telegraph, Londres
Con esta reseña del Sunday Telegraph, alguien como yo, amante de la fotografía, de la literatura de viajes, y de los viajes en sí, no podía hacer menos que salir a comprar inmediatamente este libro, que además está editado por Taschen, una de las editoriales que más admiro, ya que producen libros únicos a precios populares.
En Tapa dura y gran formato, 30.5 x 26 cm, sus 288 páginas a todo color cuestan sólo 19.99€, una auténtica ganga y un regalo viajero de primera. ISBN: 978-3-8365-2142-0. Se pueden leer algunos capítulos en inglés en la web de Taschen
Para los que intentamos ganarnos la vida con nuestra pasión, los viajes, Burton Holmes es un icono, un héroe y un ejemplo a seguir, aunque hayan pasado 125 años de su primer gran viaje en 1886, cuando con sólo 16 años se embarcó con su abuela camino de Europa con su primera cámara, una pesada caja que impresionaba las fotos en placas de vidrio de 10 x 13 centímetros, cuya compra se había llevado todos sus ahorros, 10$.
Cuatro años después repetiría el viaje a Europa, pero esta vez con una cámara revolucionaria recién salida al mercado, una Kodak. A su regreso hizo la primera presentación pública de sus fotos, pero al contrario de las monótonas y enunciativas presentaciones de otros fotógrafos, él usó un aparato nuevo, el estereopticón, que permitía transiciones y fundidos entre dos fotografías, e hizo una narración encadenada que entusiasmó a la audiencia. Tenía 20 años.
En ese viaje conoció a John L. Stoddard, en aquel momento el autor más famoso de lecturas públicas sobre grandes viajes. A punto de retirarse, Stoddard vio en Holmes a un digno sucesor y organizó una serie de lecturas por toda América para él.
Holmes podía viajar por el mundo durante el verano y realizar la gira de lecturas por América durante el invierno. También creó una productora para sus películas de viaje y acuñó el término Travelogues, en el año 1904, para definir las presentaciones de sus viajes en actos públicos: fotografías relatos, películas, etcétera.
Burton Holmes inició un viaje que duraría toda su vida para conocer el mundo y llevarlo a las casas de la gente corriente, en una época en la que viajar al extranjero sólo estaba al alcance de unos pocos privilegiados.
Antes de la aparición de la televisión y la radio y de la aviación como medio de transporte, y en los albores de la revolución que la fotografía y el cine provocaron en el conocimiento del mundo.
Burton Holmes lo enseñaba y contaba en primera persona, ayudado por la tecnología más avanzada de la época, primero con fotografías en b/n, luego fotografías coloreadas por hábiles pintores, y finalmente con el uso del cinematógrafo.
El efecto combinado de fotografías coloreadas y película en b/n era tan efectivo que la gente juraba que las películas de Holmes eran en color, mucho antes de que este exisitiera en el cine.
La primera película de viajes de la historia fue hecha por Burton en 1897, con el nombre «La Catedral de San Pedro de Roma». y a ella le siguieron muchas más, desde los bulevares de París a la muralla China, desde la Atenas Olímpica al Vesubio en erupción del 1906.
Burton visitó todos los continentes, casi todos los países del planeta y realizó más de 30.000 fotografías y 150.000 metros de película; hoy hay gente que genera la misma cantidad de material en sus vacaciones, porque la tecnología digital ha abaratado el coste enormemente, pero para la época en que se hicieron, Burton no escatimó gastos para poder acercar el mundo a sus congéneres.
De su popularidad da fe el hecho de que tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
El libro de Taschen representa un viaje fascinante por la vida y por sus viajes, que vienen a ser lo mismo, con una selección de fotografías que habían permanecido en oscuros archivos durante décadas, y que ahora nos abren una ventana que es un salto en el tiempo de 100 años.
Al igual que en El nombre de la rosa la gente moría después de haber leído El tratado de la risa por el veneno que impregnaba el pergamino, en Crónicas de un viajero Burton Holmes te envenena con el virus del viaje, y dudo que cualquier persona que lo lea pueda quedarse quieto, más bien se sentirá impelido a realizar su propio viaje.
En 1953, 5 años antes de su muerte, escribió: «Viajar es poseer el mundo….Una de las grandes ventajas de poseer el mundo viajando consiste en que pueden disfrutarse todas las satisfacciones de la posesíón sin las responsabilidades que implica la propiedad….Poseo un tesoro secreto al que puedo recurrir siempre que lo desee: en el día más sombrío puedo extraer los resplandecientes diamantes de la la alegría de mis recuerdos».
Yo, como Burton, también viajo para poseer el mundo y contarlo a mi manera.
Puedes visitar la web burtonholmes.org, en inglés, con información detallada de la vida, viajes y material fotográfico y cinematográfico de Burton Holmes y el canal en Youtube con 32 videos originales de los años 20 y 30 del s. XX, de lugares tan distantes como Iguazú, Brujas, Japón, Australia y Hawai.
Te dejamos también un vídeo sobre la vida y obra del inigualable viajero
Hola Carlos, soy Claudia del Municipio de Jardín Antioquia (Colombia), quisiera contactarme con usted. Espero una pronta respuesta. Gracias
es como una estrella un amigo
Lo tengo por si sólo quieres leerlo, aunque precisamente este tipo de libro es para coleccionar
Gracias Carlos, tanto por la reseña como por descubrirme hace semanas a Burton Holmes. Pongo el libro entre los pendientes para el otoño-invierno. Un abrazo