Título: La casa dorada de Samarkanda
Autor: Hugo Pratt
Reseña hecha por : Iván Marcos @ivanmarcos
Hay ciudades que evocan a leyendas, a aventuras y a viajes. Algunas de ellas han pasado a lo largo de la Historia a proyectar los sueños de los viajeros de todas las épocas, todas esas míticas ciudades son evocaciones misteriossas para que nos dispongamos a partir. Como si de una Ítaca se tratara resuenan en nuestros corazones nómadas aquellas vetustas ciudades con nombres como Samarkanda o Tombuctú . Oir sus nombres nos habla de partir, ambas forman parte del olimpo de esas ciudades sinónimas de viaje y aventura : Ciudades emigmáticas, misteriosas, lejanas, y quizás con una aureola mágica de innumerables y hermosas leyendas viajeras que muchas veces siguen honrando aquel dicho de » Lo importante no es llegar, lo importante es el camino».
Al viajero no debe importarle si ya no conservan toda la grandeza que las hizo eternas . En ese planeta de los sueños el llegar es cumplir aquelas lejanas promesas que nos hicimos a nosotros mismos y a nuestra infancia aventurera.
Y ese es el camino que recorre nuestro querido Corto Maltés , un camino que sirve como homenaje eterno a la palabra aventura. Para llegar desde una lejanísima Rodas a la legendaria Samarkanda tiene que superar numerosos obstáculos y compartir viaje con infinidad de personajes. Un viaje memorable e inolvidable atravesando algunas de las arterias de la vieja Ruta de la seda. Y es en este libro donde Hugo Pratt llega a mezclar magistralemente la ficción con la Historia. A través de cada página se nos aparece de forma sublime lo mejor de la literatura de aventuras de siempre. Y es que Pratt tiene la imaginación de los genios y con ella nos lleva al reino de los sueños. Cuando uno se sumerge en la historia se ve alejado de los problemas y de la rutina diaria , de repente se ve inmerso en aquellas aventuras que proyectaban nuestra infancia hacía un futuro mágico. A través de la primera página de este legendario cómic nos vemos trasladados a los sueños infantiles repletos de aventuras y de ganas de explorar.
Es un canto a la amistad y a la aventura en estado puro. Corto Maltés va para ayudar a su amigo de aventuras Rasputin que se encuentra prisionero en Samarkanda. Dos gotas de agua tan diferentes como el cielo y la tierra que sin embargo siguen unidos atravesando mares, desiertos y estepas. Los dos nómadas apátridas del cómic se vuelven a encontrar en la realidad y en las ensoñaciones. » Nunca me invitas a tus sueños llenos de mujeres guapas y dinero» le dice Raputin a Corto en uno de esos encuentros telepáticos a través de los sueños.
Y Corto atraviesa fronteras para liberar a su amigo y tratar de encontrar un tesoro. Y el camino le va regalando lo mejor del viaje y de la propia aventura, y es que la vida no deja de ser un viaje. Como en otras aventuras va conociendo a personajes históricos, uno de ellos es Enver Bey , y llegamos a los conflictos entre el imperio turco y el ruso para trasladarnos durante parte del cómic al genocidio armenio.
Corto no deja de cruzar fronteras hasta llegar a Samarkanda. ¿ La frontera? ¿ qué frontera, la rusa o la persa? ! Eh, Chofer! ¿ que nos aconsejas » En mi opinión , es preferible entrar en Persia. Soy Ismaelí y tengo parientes en la region de la Fortaleza, podrñian sernos útiles» ¿ Qué fortaleza? ¿ Te refieres a la fortaleza de Alamut, la del viejo de la montaña, la de la secta de los asesinos? Exactamente querido señor …. Escuchadme, esa frontera persa es muy peligrosa. Mas vale descedender por el valle para intentar llegar a alguna aldea sobre el Mar Caspio. ¿ El Mar Caspio?… Bueno, ¿ Pero el lado ruso o el persa? En los tiempos que corren el persa es preferible para llegar a la casa dorada de Samarkanda. ¿ Que es eso de la casa dorada de Smarkanda? Un prisión situada en la frontera del emirato de Bujara y de la república soviética de Turquestán. El tesoro de Alejando Magno que buscamos debería estar en ese lado… quizá mas al sur, entre Bactriana y Kafirstán. ¿ Kafirstán?, parece una novela de Kipling
Tienes razón , precisamente , uno de sus relatos narra la aventura de dos locos en busca de un tesoro por esta misma región….
En esta Historia, no consigo comprender si sueño. Si sueña Rasputin , o si sueña otro que soy yo pero no lo se….
Olé la aventurera…….. 🙂
… Me refería a un trayecto más largo aún, desde Estambul o desde Venecia 😀 yo también hice por carretera el 99% del trayecto, excepto un vuelo entre Urgencht y Tashkent, el resto, tanto Uzbekistan como Kirguizstan y Kashgar, todo por carretera, volviendo a casa desde Bishkek (habiendo empezado en Tashkent). Merece la pena, especialmente Kirguizstan, con sus poderosas montañas y estepas, con yurtas diseminadas y kirguises a caballo aquí y allá… ya te queda menos!! 😀
Hola Alicia. Pues yo al bueno de Corto lo tengo en un pedestal 😉 A ver que tal resulta mi viaje por esa parte de la Ruta de la Seda. Una de las cosas que siento es que debo hacer ese viaje sin pillar aviones, sentir las distancias que supone viajar por tierra, tanto en buses como en trenes. Espero que llegue en el futuro 😉
Buen post, Iván! aunque Corto Maltés no es objeto de mi devoción… no sé por qué, no me logra llevar con él y sus sueños, y mira que lo he intentado algunas veces! en fin, será cuestión de gustos :-). Estoy completamente de acuerdo contigo en que es un sueño llegar a ver lugares tan significativos como los que citas (y que por cierto, he visitado, ja, ja, y no me importaría nada volver!!), aunque quizá «hacer el camino» no es ya fácil, o directamente los que optamos por trabajar aquí y disfrutar de un periodo de vacaciones más convencional, subsanamos la distancia con el avión, y claro, no es lo mismo. En cualquier caso, es mágico llegar a estos puntos geográficos tan escritos, descritos y ensalzados por los escritores de viajes, y por la Historia, y cobrar conciencia de que estás allí, sí, estás allí, viendo con tus propios ojos cómo es… viendo los vestigios del pasado (sean muchos o pocos), y sintiendo y saboreando lo que son en el presente. Y eso merece muchísimo la pena, pero para ser completo es cierto que tienes que haber leído, antes, durante, y también después… esa conciencia si no, no se adquiere de la misma forma, y puede que el viaje resulte menos completo. 🙂