Título: Los árabes del mar
Autor: Jordi Esteva
Reseña hecha por : Alicia Ortego @Alisetter
Me dispongo a escribir la reseña de Los árabes del mar, de Jordi Esteva, y no puedo evitar hacerlo a mano, en una de mis libretas. El cuerpo me lo pide, quizá porque es un medio más cálido que el teclado y la pantalla (donde sin embargo, lo estáis leyendo ahora mismo). Es que éste es un libro cálido. Cálido y maravilloso.
¿Por qué siempre me atrajeron tanto esos parajes extremos, de calor sofocante, inundados de luz como en una fotografía sobreexpuesta, en los que parecía dormirse nuestro lado más racional mientras se agudizaban los sentidos? Lugares donde me invadía una sensación de paz y donde el tiempo corría de otra forma, en los que me parecía ya haber estado antes y donde lo inesperado podía ocurrir.
De nuevo he viajado en el tiempo y sobre todo en la geografía de los viajes, con este gran narrador que nadie debería perderse.
Y antes que narrador, por supuesto viajero… de ésos que se dejan llevar, que no se niega ante una invitación, o un gesto de cortesía y de hospitalidad. Que va sin prisas. Que confía en la gente, en los “otros”, y por tanto los “otros” confían en él. Y así, casi sin quererlo, entra en sus vidas, fragua amistades y observa desde dentro los lugares por los que pasa.
Y todo lo cuenta con exquisita claridad, poesía y sabiduría, porque en su relato también nos transmite su conocimiento de las costumbres y del idioma árabe. Este es libro es, pues, no sólo una oportunidad de viajar con la mente, sino también de aprender (si es que ambas cosas se pueden separar…).
Es una oportunidad, además, de conocer la historia que aquí no se cuenta en las escuelas y que no forma parte del acervo popular.Tan sólo nos han llegado ecos de fantasía a través de algún cuento como Simbad el marino, precisamente desencadenante de que Jordi se sintiera poderosamente atraído por la historia de esas rutas comerciales de la edad media que pervivieron hasta el colonialismo, las rutas del Índico, de los árabes del mar.
Si existía un mediterráneo, si por este adjetivo se entendía lugar de encuentro, de ágora, desde luego éste era el Índico, donde China, África, la India, Arabia y el mundo antiguo habían estado hasta ayer mismo en estrecho y fluido contacto por decenas de generaciones. Y los vectores habían sido los árabes. Los árabes del mar que en sus veleros llevaron por todo el océano la civilización del islam, con su refinamiento y el gusto por la poesía y la fantasía. Retomé mis notas comenzando por una idea para que no se me escapara: “el auténtico Mediterráneo es el Índico”.
Y es que un rasgo que caracteriza a Jordi Esteva es, como buen viajero, el de ser una persona que no deja de soñar, ni de sorprenderse, ni de analizar y comparar lo leído, lo sabido, lo escuchado… con lo observado. No reniega, sino todo lo contrario, de aquél niño que dejaba volar su imaginación ante un globo terráqueo, o ante la visita de los zíngaros a su pueblo. Esos misteriosos zíngaros con los que se imaginaba un rapto y una vida llena de viajes…
Recordé cómo nos prevenían contra los zíngaros y cómo acudía a espiarlos a su campamento, donde, en mi fuero interno, jugaba con la idea de desaparecer con ellos algún día y vagar, tal como los mayores temían, por el mundo. Y aunque, ¡ay!, no me secuestraron, sí lo hicieron para siempre aquellas películas que proyectaban sobre una sábana, y que me llevaban a lugares tan lejanos como Jartum, por ejemplo, donde ahora estaba.
Este libro es fruto de la proposición que se hace a sí mismo de buscar los vestigios de aquéllos árabes que dieron pie al mito, la leyenda, el cuento de ése marino al que le ocurrían aventuras mágicas apasionantes.
Viajó cuando era muy joven a Sudán, al Yemen, y por avatares del camino a Egipto, donde se quedó a vivir prendado de esa tierra, durante cinco años. En el libro descubriréis qué interrumpió ése sueño, porque en un acto generoso, o quizá de reconciliación con el pasado, lo cuenta.
Veinticinco años después vuelve a las andadas con una diana diferente, pero quizá más certera en esa búsqueda: Arabia y la costa oriental africana. Allí transcurren muchas de las historias que leyó en viejos libros de viajes y de historia, o que oyó narrar en los cafés de El Cairo a sus amigos poetas e intelectuales. Así, nos lleva de la mano por Omán, Mombasa, Lamu, Zanzíbar, al son de Om Kalzoum, o de los éxitos de Bollywood que tanta presencia tienen en lugares no tan ajenos como parece.
Historias que hablan de esos árabes que descubrieron el secreto de los monzones, y de forma paralela a la Ruta de la Seda, surcaban el Índico entre África y Asia, llevando y trayendo mercancías apreciadísimas, básicas como las especias en un mundo sin frigoríficos, o caprichosas como las joyas y las telas.
Y en esta búsqueda viaja de personaje en personaje, escuchando y aprehendiendo historias y leyendas donde muchas veces lo sobrenatural se cruza con lo real. Viaja siempre con el respeto y la sensibilidad hacia el otro, y aunque no está libre de juzgar u opinar, cuando es necesario reconoce sus errores.
Logra realizar un viaje que se parece mucho a los que emprendían los antiguos viajeros. De conocidos a amigos, de amigos a conocidos, con llamadas e emails de por medio… antes se hacía con cartas y salvoconductos, pero el fondo y el resultado son los mismos.
¿Y cómo no acoger al que quiere escucharnos con atención, sin avasallarnos con preguntas? ¿al que se esfuerza en hablar nuestro idioma, o el del libro sagrado que veneramos? Puedo entender que el “éxito” de Jordi con estas gentes reside ahí, en viajar con sensibilidad e interés, escuchando a los otros, con mirada limpia.
Es un placer leer a este viajero, viajar con él, imaginar las escenas de costumbres, conversaciones, situaciones y paisajes que tan bien describe. Y todo ello no mirando siempre al pasado, sino también al presente, aportando reflexiones y análisis lúcidos sobre la situación actual de estos países.
Para mi, un imprescindible de los libros de viajes, sin duda.
Este libro lo terminé en el puente pasado. Una semana me duró, aparte de ser precioso engancha muchísimo. Gran elección como libro de vacaciones o simplemente como lectura de mesita de noche 😉
Hola.. Me gustan las reseñas de libros…pero las reseñas como las tuyas q incluyen comentarios propios del libro..me invitan a comprarlos, pero sobre todo a leerlos..te felicito..ya buscare este libro …
Gracias por tu comentario, Iván!! no te cuento más, descúbrelo!! Cuando te pones a leerlo, piensas «¿por qué no lo he leído antes??» No digo más. 😀
Gran reseña Alicia, es un libro que tengo en casa y desde hace años llevo esperando por el momento adecuado para leerlo. Imagino que sigue el estilo y la mirada de su otra gran obra » Socotra» . Lo dicho, pronto lo leeré. Gracias por la bella y emotiva reseña 🙂