Título: Los guardianes del lago
Autor: Jordi Serrallonga
Reseña hecha por: Pablo Strubell @PabloStrubell
Los guardianes del lago es un libro difícil de clasificar. En sentido estricto, no es un relato de viaje, pero nos habla de diferentes viajes del autor a Tanzania en los años 90; ni es un diario personal, aunque las reflexiones del autor abundan a lo largo de sus páginas; ni una autobiografía, aunque los datos y hechos sobre su vida salpiquen todo el libro; ni tampoco un diario de excavaciones paleoantropológicas, a pesar de que nos relate el día a día y la problemática del trabajo de un arqueólogo.
Sin embargo, todas estas características unidas hacen de este libro (publicado en 2001 por Mondadori y en la actualidad descatalogado) un libro sumamente interesante de leer, especialmente para los amantes de África (particularmente, Tanzania) y los interesados en conocer algo más de cerca la dureza de la investigación científica en este continente. Habrá que buscarlo, eso sí, en librerías de viejo, de segunda mano, en internet…
Jordi Serrallonga, su autor, es arqueólogo, naturalista, escritor, guía de expediciones, productor científico… Además de impartir docencia en la universidad y divulgar la ciencia en exposiciones, conferencias y publicaciones, dedica buena parte de su tiempo a la investigación de campo en África, América y Australia donde también guía expediciones bajo el mismo prisma y entusiasmo que los naturalistas y exploradores del siglo XIX. Es, además, uno de los mayores especialistas a nivel mundial en la evolución humana, fundador y director de Hominid Grupo de orígenes humanos, una de las instituciones punteras en la investigación sobre nuestros orígenes; una persona tremendamente viajada y que sabe de lo que habla como pocos. Y al que, gracias a este libro, podemos acercarnos y conocer mejor cómo empezó todo para él: el inicio de sus estudios e investigaciones, sus primeros pasos en la arqueología y, sobre todo, sus primeras expediciones científicas a Tanzania, en concreto al Lago Natron. Ya su subtítulo nos lo avanza: «Diario de un arqueólogo en la tierra de los maasai» y no engaña ni un ápice.
El libro (de 360 páginas) se divide en cinco partes, que recorren en orden cronológico los inicios de Serrallonga como arqueólogo y sus primeras investigaciones en Europa. A esto dedica la primera de las partes. Sin embargo, tras esa parte autobiográfica y, en mi opinión, demasiado personal, el libro empieza a narrar sus primeras expediciones en África y es donde el libro empieza a tomar más ritmo, forma y, para mí, interés.
Escrito en un lenguaje llano, sencillo y directo, y con mucha honestidad, se hace fácil de leer, si bien, como único pero, podríamos decir que la profusión de detalles, información y descripciones de algunos eventos menores hacen que la lectura en ocasiones se haga algo lenta y avance a un ritmo menor al que hubiera resultado de tener 50 o 100 páginas menos.
Sin tener el sentido del humor y flema británica que destilaba el sensacional El antropólogo inocente, de Nigel Barley (a quien el autor menciona en un par de capítulos), este libro me ha recordado a aquel en su planteamiento. A medida que avanza la narración, el autor va hablándonos con sentido del humor de todo lo que rodea a la expedición, yendo mucho más allá del simple relato de viaje, científico o personal. Poco a poco vamos acompañando a Serrallonga por la burocracia keniata, para continuar con la tanzana. Continuamos con los preparativos y dificultades logísticas para llegar al lago y establecer los lugares idóneos para la excavación. Y a medida que ésta empieza, el autor lleva a cabo lo que me parece más interesante en este libro: compaginar la divulgación científica de una manera muy sencilla y llana, con el relato de las anécdotas que se suceden en el día a día.
Nos habla de los Leakey, la gran familia de paleoantropólogos que revolucionaron la teoría de la evolución y de sus diferentes teorías (como la East Side Story); de las herramientas que se encuentran y de su posible uso; de cómo y porqué nuestros antepasados se convirtieron al bipedismo; de la falla del Rift… elementos todos de un puzzle que a todo el interesado en conocer de dónde venimos fascinará leer. Teniendo en cuenta que, como decía, este no es un denso libro de teoría científica.
Intercalado en la narración, el autor nos habla de sus admirados masais, con los que trabaja y convive durante las diferentes campañas de excavación, contándonos y acercándonos su cultura y tradiciones. Aprendemos gracias a Serrallonga cómo viven, el porqué de muchas de sus tradiciones, sobre sus dioses y su visión de la vida. Pero no solo de ellos, también, por ejemplo, de los sonjo.
Y desde luego, de las investigaciones científicas, explicando qué miembros componen un equipo de excavación; porqué escavan y cómo eligen los lugares; la metodología de trabajo; el análisis de los artefactos encontrados; y cómo llegan a las conclusiones, por ejemplo, sobre el uso de las herramientas a partir de la observación de primates o, incluso, de los propios maasai que les ayudan y protegen a lo largo de las calurosas jornadas africanas…
A estas alturas, algún lector tal vez crea que echará en falta las aventuras que cualquier expedición suele ocasionar. Que no se preocupe: también las encontrará. Las dificultades con el agua (o más bien, con la ausencia de él) le resultarán conocidos a cualquiera que conozca África; los problemas de salud serios, algunos de ellos debidos a picaduras de serpiente o escorpión; las averías y los retrasos que causan; la incertidumbre de perderse en el desierto…
En suma, un libro más que recomendable, un compendio de sabiduría sobre arqueología, antropología y sobre lo que significa trabajar y viajar por África escrito con humildad y sencillez. Ahí es nada.
Pues esta muy bien la reseña, pues da claves para saber si te gustará o no en función de sus impresiones, que aunque siempre son personales, me gustan más que la reseña laudatoria de las propias editoriales o distribuidoras. Este es el valor de tu blog, reseñas de gente lectora y viajera para gente lectora y viajera, sin más hipotecas.
Un saludo,
Hola César, la reseña es del amigo Pablo Strubell , yo no he leído el libro 🙂
Hola Ivan, buena lectura para tener en cuenta no hace ni un mes que me lei «El antropologo inocente» de Nigel Barley y poco antes «Memorias de un primate» de Robert M. Sapolsky un biólogo que estudia durante dos décadas los babuinos en la tierra de los masais, que como liboro es algo menos desconocido, pero que a mí personalmente me gustó más por su humor ácido. Este que comentas es una buena continuidad para ese hilo temático de lecturas … veré si lo encuentro por ahí, además tenía ganas de saber de este tipo pues Gabi Martinez en su último libro «En la Barrera» le da unos cuantos dialogos y parece interesante lo que dice.
Un saludo.