Título: El botones de Kabul
Autor : David Jiménez
Reseña hecha por : Iván Marcos @ivanmarcos
Hoy hablaré de otro libro en zona de conflicto: » El botones de Kabul» fue un regalo familiar las pasadas Navidades. El libro me ha llevado con la imaginación a las entrañas del infierno, eso es lo que lleva siendo Kabul y Afganistán las últimas décadas. En los últimos días Afganistán sigue de actualidad: por la muerte de dos soldados españoles y por la noticia de que Estados Unidos gasta más dinero en aire acondicionado en sus conflictos en Irak y Afganistán que en la NASA.
Hoy casualmente por la noche escribo la reseña y leo en la prensa que el Hotel Intercontinental de Kabul ha sido el lugar de un ataque talibán donde han fallecido decenas de personas. Y es en dicho hotel donde se inician las aventuras de la novela escrita por David Jiménez -corresponsal del periódico El Mundo en Asia-. Una vez más se trata de otro libro de un gran reportero de guerra español , tengo entre los libros pendientes su primera obra : » Hijos del Monzón»-Premiado en 2007 como mejor libro de literatura de viajes-.
El libro es una nueva historia de un gran reportero, desde aquí quiero enviar un fuerte abrazo a David y mi reconocimiento por su trabajo como correponsal y por su humanismo. Con él comparto la fascinación y el cariño por Asia y por esa ciudad especial y llena de contrastes que es Bangkok, una ciudad que es su casa ( y también la mía pese a la distancia actual) y su campamento base en el continente asiático.
David Jiménez nos narra una historia desde la experiencia de una persona que conoce la realidad y la vida ( o muerte) que transcurre en ciertas partes del mundo. En la novela nos traslada de forma inmediata a poder intuir el caos de un país que lleva sumado en conflictos desde hace décadas. Una sociedad que vive en la edad media y a la que es imposible imponer parámetros de democracia o sociedad occidental. Simplemente el ver que Estados Unidos ( y España) necesiten y gasten millones de euros en aire acondicionado nos muestra un salto enorme entre dos mundos. Mientras unos necesitan comodidades occidentales para las tiendas de campaña donde se alojan sus soldados otros están en su medio natural . Para unos se hace insoportable el clima extremo de inviernos glaciares y veranos abrasadores , en cambio para los locales es la realidad de sus vidas. Unos añoran sus ciudades occidentales llenas de centros comerciales, otros se encuentran en su ambiente natural entre la geografía imposible de montañas y desiertos.
Dos mundos opuestos dentro de ese tablero de ajedrez que es desde hace años Asia Central. Todo esto nos debe llevar a pensar el por qué Afganistán no ha sido nunca conquistado ni sometido, los rusos tuvieron que irse y los americanos harán lo propio en unos meses.
La novela transcurre en torno a Frank, un americano que llega a Kabul y se aloja en el Intercontinental. El huésped americano llega a un hotel del tercer mundo como antes ha llegado a otros lugares complicados y calientes del Planeta. Es el típico negociante con una forma de trabajar sencilla » Viajar al país, preguntar qué necesitan Gobierno, guerrilla, elites, sectas y milicias y traerlo a precio de oro aprovechando que nadie más podía o estaba dispuesto a hacerlo «. Y es que Frank «había salido al mundo, pero no pocas veces había deseado no haberlo hecho…»
En la novela ocurren multitud de situaciones que nos hacen ver que no tiene nada que ver nuestro mundo occidental con otro que a veces está a pocas horas de avión : ¿ Cómo es el acudir a una prostituta en Kabul? ¿ Cómo se castiga la infidelidad en Afganistán? ¿ Se puede conseguir una botella de vodka en un hotel a sabiendas de que ha costado la vida anteriormente a personas? ¿ Se puede estar enamorado de una mujer sin haberla visto? ¿ Dónde termina la barbarie y empieza la dignidad y el orgullo de un pueblo sometido?. Estas y otras situaciones van cruzándose de forma brillante, y poco a poco ves como la lectura te va llevando a la dura realidad de uno de los países más complicados del Planeta.
Y es en el Hotel Intercontinental donde Frank conoce a Unai y a Aimal , con ellos hará un viaje de ida y vuelta a Islamabad que cambiará sus vidas. La ida transcurre antes del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York , pero la vuelta se produce los días en los que se inicia la invasión americana a Afganistán. Es un viaje donde aparecen todo tipo de situaciones, a la vuelta todo cambia cuando se encuentran con Tamim -un aparente asaltador de caminos afgano- que resulta ser todo lo contrario al haber viajado y conocido infinidad de países occidentales.
Un libro que nos lleva al infierno de la guerra y que nos cuenta de forma brillante como la amistad, el amor , la lealtad y la dignidad no dependen de razas, nacionalidades o poder económico. Una historia alrededor de un país en guerra y una sucesión de hechos que lleva a todos los protagonistas a emprender un viaje a lo más profundo de la condición humana. Otro libro recomendado para aquellos que admiren a los reporteros de guerra y su magistral forma de contar pequeñas grandes historias – esas que te dejan una huella imborrable en el corazón-.
Le estuve echando un ojo la última vez que estuve en Altair, pero el precio me echó un poco para atrás… 🙂
Sí, Iván! cuesta pensarlo pero así era… mi padre se lamenta de no haberse arrancado a viajar allí en esa época (finales 60, principios 70), pero llegamos los niños y ya no… :P… Ana María Briongos, escritora española, sí estuvo allí y en esa época… «Un invierno en Kandahar» es su libro sobre Afganistan. Además, ha escrito dos libros sobre Irán, donde también estuvo viviendo (en total, unos 10 años entre un país y otro), que a ver si reseño un día de estos 🙂
Hoy he descubierto a otro autor británico Rory Stewart, su libro » La huella de Babur,a pie por Afganistán» http://www.altair.es/index.php/HUELLA_DE_BABUR_LA_A_PIE_POR_AFGANISTAN/42+M51fae532cc9/0/
Hola Juan. Pues sus canutillos fumaban sin duda 😉 Eran buenos tiempos esos 60 y 70 para la aventura, aquellos legendarios viajeros que salían de Universidades europeas y norteamericanas e iban en busca de la aventura 😉
Por otro lado Robert Byron hizo un viaje legendario e inmortal en una pieza maestra de la literatura de viajes del pasado siglo » The Road to Oxiana», fueron sin duda otros tiempos para Afganistán, para los viajes y la aventura en aquella zona.
Seguramente pasará bastante tiempo hasta que los viajeros vuelvan por aquellas tierras. No es digerible a los ojos de un occidental ver como los hombres obligan a las mujeres con burka a viajar en el maletero de sus coches. Ojalá la educación cambie todo aquello, pero mientras el islamismo más radical tenga su base por alli, dificil lo veo….
Hola Iván, interesante el dato de los hippies en Afganistán, pero la primera pregunta que me hago es,… ¿no irían a ponerse ciegos de opio?! esperemos que no 😉
@ Alicia : Cuesta pensar que en los 60 Afganistán fue un lugar al que llegaban mochileros y hippies venidos de Europa y Estados Unidos ¿ no?
@Marta: De Asne Seierstad he leído » De espaldas al mundo», ya haré una reseña estas semanas. El librero de Kabul es otro de esos libros que tengo en la lista 🙂
Hola Iván, este libro me recuerda a uno que me leí también sobre Kabul, supongo que por el título, no parece el mismo tipo de historia: «El librero de Kabul» http://www.lecturalia.com/libro/21916/el-librero-de-kabul que me compré en Segovia en el Hay festival, cuando vi a la periodista Asne Seierstad contar su historia. Muy cortito, pero muy interesante, os lo recomiendo también.
Un saludo
Genial el post, Iván, y qué buena pinta tiene este libro!! creo que lo he visto alguna vez, pero no lo he leído y desde luego que no me lo voy a perder, así que mil gracias!!
Efectivamente, todos aquellos que pasan por allí, y luego lo escriben y lo analizan, parece que llegan a la misma conclusión… aquellas son tierras de gentes indomables, enclaustradas en esquemas medievales con sus propias pugnas y luchas, y ya se puede empeñar el resto del mundo en imponer su Orden (con fronteras, sistemas políticos, con las armas…), parece que no… Lo malo o lo peor de todo esto es que tampoco ya viven, ni pueden vivir, con su propio orden y evolución de las cosas, porque las potencias sí han introducido cambios profundos, a sangre y fuego. Empezando por el alimento del movimiento talibán en sus inicios (sí, no lo olvidemos, fueron alentados, formados, y reforzados por EEUU, en una de sus estrategias tan desastrosas).
Como ya he comentado otras veces, ojalá encuentren su camino en paz, y ojalá podamos verlo, porque realmente me encantaría conocer aquel mundo, esos hombres y mujeres, guerreros, valientes, duros… De momento, hay que conformarse con lecturas como esta, y no es poco!! 🙂
Un abrazo