Título: Océano África
Autor: Xabier Aldekoa @xabieraldekoa
Reseña hecha por: Pablo Strubell @PabloStrubell
Empiezo, permítanme, por la conclusión: Océano África es una joya de libro que disfrutarán todos aquellos que tengan interés en conocer bien cómo es ese continente y las múltiples realidades que lo conforman. Y digo joya porque no debe ser fácil escribir sobre África sin caer en los tópicos, sin hacer generalizaciones siendo, como es, un continente tan heterogéneo. Océano África, publicado por la Editorial Península, no es un sesudo estudio periodístico sin alma sobre la realidad de varios países africanos ni un egocéntrico relato de los viajes del autor por ellos. Muy al contrario, es puro periodismo de viajes.
Xabier Aldekoa, su autor, lleva más de diez años -viajando primero, viviendo después- recorriendo África por su trabajo: es corresponsal de La Vanguardia. Y por su compromiso, capacidad de observación y pasión debe ser, a día de hoy, uno de los mayores conocedores de la realidad de esa “África (que) no existe”, como decía Kapuściński en su libro Ébano, y que parafrasea Aldekoa en el arranque del libro como un guiño hacia ese maestro de tantos periodistas.
Al igual que en los libros del periodista polaco, sus páginas rezuman amor y pasión por el continente, por sus gentes, por la diversidad, por la aventura. Si a eso le sumamos el profundo conocimiento de la región después de tantos años cubriendo sus noticias y la capacidad de síntesis del autor, leer este libro se convierte en un acto que va más allá del mero entretenimiento. Además de disfrutar con las peripecias viajeras del autor, Aldekoa nos ilustra sobre la historia, situación o cultura de cada país, de cada región que, entretejidas con sutileza, van aflorando en cada capítulo, dando las claves para entender lo que ocurre hoy en día en esos países. Pocos libros he leído sobre África que me hayan ayudado más a entender lo que allí ocurre.
El libro está distribuido en 21 capítulos, muy heterogéneos en extensión y en temas abordados y, también, en intensidad y calado. Historias aparentemente inconexas, sin relación entre sí, pero que juntas permiten crear una imagen del continente, de las realidades de diferentes países a través de sus gentes, de los pequeños detalles, de anécdotas. Al acabar uno visualiza perfectamente lo que ocurre hoy en día en ese continente y, sobre todo, el porqué. Lo que venga después, le toca al lector desarrollarlo.
Así es: Aldekoa elude los tópicos a la hora de narrar sus historias, todas ellas reales y vividas en primera persona. Opta por un acercamiento a las historias muy personal pero, a la vez, con profesionalidad, con esa aparente distancia que marca el buen hacer del periodista. Busca siempre ser testigo, no intérprete de lo que sucede. Eso le tocará al lector. Él presenta los hechos siempre en primera persona. Y sorprende la capacidad del autor para mantenerse en ese segundo plano observador del periodista, cuando ha visto la miseria, injusticia y sufrimiento en tantas ocasiones. Me quedo con una frase que explica muy bien el enfoque del libro, y que creo que explica por qué lo he disfrutado tanto: “El viajero y el reportero pueden viajar en el mismo cuerpo, a menudo ocurre; pero mientras el primero es el protagonista de su viaje, en el segundo lo son los demás”.
El libro arranca con el relato del viaje del autor a Tombuctú, en una de sus primeras incursiones africanas, recorriendo en piragua el río Níger de camino a esa ciudad mítica. El mismo río que visitará años después, en su desembocadura, para relatar el desastre natural y el sufrimiento de los habitantes de aquella región para salir adelante rodeados de contaminación por los vertidos del oro negro. Son solo dos de la gran variedad de las historias elegidas para formar parte del libro.
A lo largo de sus páginas el autor nos cuenta la situación de prostitutas de Botsuana; de buscavidas de Togo; o, permitiéndose una generalización acertada, sobre el papel y la importancia de las mujeres africanas, gracias a las cuales el continente prospera. “África no está perdida, está esperando a que las mujeres ocupen el sitio que les corresponde”.
Hay historias duras, como era previsible: Aldekoa nos acerca a la realidad de campos de refugiados somalíes en Kenia; a pueblos asolados por la guerra en República Centroafricana; a la conflictiva región del este de la República Democrática del Congo; a la vida cada vez más dura de los pigmeos de Camerún o de los bosquimanos de Botsuana; o a nacimientos fallidos de países como Sudán del Sur.
Pero también, y ese es el acierto de este libro, hay muchas situaciones cotidianas que van más allá de la noticia de actualidad, del propio trabajo del periodista. El autor nos lleva con él a una pedida de mano en Sudáfrica; a Magadala, un pequeño pueblo de Malí a visitar a un amigo (con una cabra de regalo); en transporte público por Mozambique y Sudáfrica; nos explica cómo se cambia dinero en el mercado negro; o nos regala con el relato de sus visitas a los brujos bakas del sur de Camerún. Y comparte, además, otros momentos complicados que suceden en su día a día como reportero, como un intento de robo en Angola, detenciones en Nigeria, sobornos, mercado negro…
Y todo ello escrito con un lenguaje sin florituras, correctísimo y certero, ameno y fluido. Fácil, muy fácil de leer. Lo importante es el mensaje, las historias, el centro de gravitación del libro. Por eso, Océano África ya está llamado a convertirse en un clásico de la literatura de viajes africana. Un libro para colocar en la balda de la estantería junto a Ébano.
Gran reseña Pablo, sigo a Xabier Aldekoa desde hace años y la verdad es que me encantan sus miradas sobre el continente africano. El libro lo tengo en la lista de espera, me perdí su charla de hace meses en Altair. Un abrazo
Yo estoy acabando de leerlo, y puedo decir que suscribo todo lo que dices Pablo. Lo estoy disfrutando, y no dudo que con el tiempo releeré sus historias. Un lujo de obra. Mis felicitaciones para Xavier Aldekoa.