Título: Amaneceres en Jenin
Autora: Susan Abulhawa
Reseña hecha por : Alicia Ortego @Alisetter
Amaneceres en Jenin es una novela que me ha impactado, me ha sobrecogido, me ha llenado de angustia y de rabia contenida….De hecho, he tardado unas semanas en escribir este post, porque no quería volver a ella…
No me suelo conmover o impresionar fácilmente, pero esta historia es realmente desgarradora, y siendo consciente de que al fin y al cabo nos está relatando la historia reciente de Palestina desde dentro, o desde el punto de vista de los palestinos civiles, pues lo logra.
Todo lo que aquí se cuenta ha ocurrido, arrancando en la Guerra de los Seis Días (1967), y terminando en el año 2001. Aporta las fechas y datos que hemos visto en los medios de comunicación a lo largo de todos estos años, muchos ya, y que desgraciadamente seguimos viendo, aunque quizá no con la crueldad y el volumen de los primeros tiempos, pero sí con el cansancio infinito de un conflicto siempre presente y enquistado.
Es una novela escrita desde y con belleza, tratando de ensalzar el amor, relatando las costumbres y cultura de los palestinos, y también haciendo una pequeña incursión en el lado israelí.
Historias de familias que se ven inmersas en el conflicto, y una vez son expulsadas a los campos de refugiados, ya no salen de allí, y allí siguen, naciendo, creciendo -si tienen suerte-, muriendo a balazos disparados por críos que hacen el servicio militar y que no distinguen entre un niño y un anciano, una mujer o un hombre honrado… o por bombas que evidentemente no distinguen a nada ni a nadie.
Al principio, la sorpresa de ver que lo que empezaba siendo una convivencia pacífica, se convierte en un ataque atroz y desmesurado para apropiarse de unas tierras y unas casas que los israelíes afirman son suyas porque muchos siglos atrás dicen que lo fueron.
Después, caer en la cuenta de que la vida no vale nada, y por tanto no se teme a la propia muerte, aunque sí al dolor de la muerte de los demás, los seres queridos, que van cayendo alrededor inexorablemente… y miedo a la soledad cuando todos hayan caído.
Y un suceso que me recuerda a otras situaciones, las dictaduras del pasado, la española y la argentina, por ejemplo… un bebé arrancado de las manos de su madre para pasar a ser parte de “los otros”, porque la señora de un militar no puede tener hijos. Un bebé que nació palestino y creció israelí… la diferencia es que aquí, en esta historia, ese hombre acaba empuñando un fusil y mata a la gente que le vio nacer. Pero también llega a descubrir la verdad y conocer a algunos familiares, y una vez superado el choque, se da cuenta de que son personas, gente que le dio la vida además.
Un claro ejemplo de lo irracional que son las luchas entre pueblos.También se afirma que la mayoría de la gastronomía israelí no es más que un traslado o copia de la árabe-palestina… el hummus, y tantas otras delicias, no son israelíes, pero hasta con eso se quedan. Un detalle que me ha sorprendido y del que no tenía ni idea… tampoco sé hasta qué punto es verdad, quizá sea así, mucho me temo que no me sorprende.
La autora nació como refugiada en la Guerra de los Seis Días de 1967, y en la adolescencia se trasladó a Estados Unidos. Allí fundó una ONG, Playgrounds for Palestine (www.playgroundsforpalestine.org), dedicada a construir zonas de recreo para niños palestinos en los territorios ocupados y en campos de refugiados de otros lugares.
Esta novela está escrita, pues, por una de las víctimas de esta tragedia… no esperéis una historia imparcial, si es que en este tema se puede llegar a serlo. También por ello logra transmitir de esa manera tan vívida los sentimientos, en cada momento, de los protagonistas. El miedo y el estupor a las bombas, la inquietud por los demás –familia, amigos, vecinos-, la incomprensión, el preguntarse qué han hecho para merecer eso, el acostumbramiento a la violencia, las armas, las heridas, la muerte… Y alguno, incluso, en la desesperación, decide cometer un atentado suicida, que igualmente se recibe entre los suyos como otra de las grandes pedradas de la vida, y aunque lo pueden llegar a comprender, no lo comparten, es excesivo como todo lo que les rodea y saben que ése no es el camino.
Os dejo con el arranque del libro… seguid si os apetece, pero intentad que no os pille muy sensibles…
Amal quería mirar más de cerca los ojos del soldado, pero lo impedía la boca de su rifle automático que le presionaba la frente. Aun así, le tenía lo suficientemente cerca para ver que llevaba lentes de contacto. Imaginó al soldado inclinándose frente al espejo, para colocarse las lentillas en los ojos, antes de vestirse para matar. “Es extraño, se dijo, las cosas en las que uno piensa en la frontera entre la vida y la muerte”.
Se preguntó si los funcionarios del gobierno expresarían su pesar por la muerte “accidental” de una ciudadana americana como ella. O si su vida culminaría simplemente como el resto de “daños colaterales”.
Una gota de sudor solitaria bajó desde la ceja por un lado de la cara del soldado. Él pestañeó con fuerza. La mirada de ella le incomodaba. Ya había matado antes, pero nunca mirando a los ojos de su víctima. Amal lo vio y sintió la angustia de aquella alma, en medio de la carnicería que les rodeaba.
“Es extraño, pensó nuevamente, no le tengo miedo a la muerte”. Quizá porque supo, por el pestañeo del soldado, que viviría.
Por favor estoy interesado en éste libro, y no doy con él. Alguien podría darme información. Muchas gracias.
Como se llama este libro en en el idioma aleman
Gracias, Carlos! Realmente es tremendo, no es sólo el no acceso al trabajo, sino a la Sanidad y a tantas y tantas cosas. Hace un par de días destacaban en un telediario que también se apoyaba al movimiento del 15M desde Israel. No dieron más detalles, sólo una chica joven hablando y no pude dejar de pensar: pero… exactamente ¿qué reivindicaciones hacen allí? quizá reivindiquen la paz y la hermandad de los pueblos, contando con la propia situación que allí se vive… o quizá sea una «protesta» de los israelíes que se empeñan en vivir como si nada pasara, excepto cuando tienen que hacer el servicio militar, o cuando deciden no pagar a los esbirros palestinos después de haberse aprovechado de su trabajo, no lo sé. No obstante, estoy segura de que una pequeña parte de los israelíes desean que aquello cambie y claman por la solución pacífica y por una convivencia pacífica, claro… pero la mayoría sigue votando masivamente a gobernantes de línea dura, aparte de todos los colonos que siguen llegando y avanzando en los terrenos palestinos caiga quien caiga, o tirando basura a las casas palestinas con las que comparten pared. Es increíble, cuánto odio, cuánto desprecio por la vida de los demás. En fin, lo dejo, que me enrollo y no paro…. Gracias de nuevo!
Genial post Alicia. No sabía de este libro, me lo apunto.Historias muy duras en aquella parte del mundo, Alicia. Familias partidas en dos por el muro que están construyendo los israelíes, trabajadores palestinos que tienen que trabajar en el otro lado, y que a veces no cobran, sin nadie a quien recurrir, ya que la justicia es israelí…Una confesión que me hizo un taxista en Belén, después de tres meses trabajando en la casa de una famila israelí, se quedó sin cobrar nada, y por más que lloró de impotencia nada consiguió. El mejor hummus está en Hebrón, en zona palestina, pero hay muchos fast food en Israel que presumen de tenerlo. No es lo único que comparten…
Gracias por descubrir el libro Alicia.