Título: Cinco viajes al infierno
Autora: Martha Gellhorn
Reseña hecha por: Iván Marcos @ivanmarcos
Son muchas las veces en las que entro a una biblioteca o librería y me dejo guiar por los libros que una editorial determinada ha decidido publicar. Cuando quiero leer una novela echo un vistazo a lo los libros de Anagrama y suelo acertar, lo mismo me ocurre cuando me apetece leer de viajes, últimamente busco algo de la la extraordinaria colección Heterodoxos de Altair.
Fue así, fruto de la serendipia (y del nombre de Heterodoxos-Altair) como llegué a una autora que desconocía. El libro nos lleva por la vida (de película) de una mujer llena de personalidad, arrojo y talento.
Martha Gellhorn fue una mujer norteamericana que con la veintena recién cumplida se fue a Europa con una máquina de escribir y unos doláres en el bolsillo como exiguos ahorros. A lo largo de su vida, el viaje, el periodismo de conflcito y la literatura fueron una parte inseparable de su existencia. Allí, en los hechos claves del siglo XX estaba Martha, a medio camino entre guerra y guerra, con su talento, carácter humanista y nómada que le llevaron a convertirse en una de las grandes periodistas y escritoras del siglo pasado.
Su vida va pareja a algunos de los acontencimientos del Siglo XX, como la Guerra Civil Española o la Segunda Guerra Mundial, hechos que marcaron su carácter, su estilo y su personalidad. Con un toque humanista y crítico, desafió a los totalitarismos durante toda su vida, siendo un reflejo claro de mujer independiente que marcó su camino a golpe de talento y de arrojo.
Hay que ponerse en su pellejo en aquellos tiempos. No debía ser nada sencillo el hecho de ser mujer y abrirse camino entre los conflictos que asolaban a la vieja Europa, pero ella estuvo allí, en ciertos lugares que escriben de lleno las páginas de la Historia del siglo pasado.
El libro que publica Altair es una obra dividida en diferentes capítulos que nos llevan a diferentes partes del planeta. Viajamos a China, África, el Caribe y a Rusia en momentos y estados de ánimo totalmente diferenciados. En China por ejemplo, viaja con la que fue su pareja, el prolífico (y polémico) Ernest Hemingway, con el que tuvo sus más y menos como pareja. En el Caribe vamos en barco y lo hacemos con los tiempos y las inclemencias climáticas propias de esa parte del mundo, unos trayectos de isla en isla que a veces sacan los contrastes de los ciudadanos de Estados Unidos en lo que consideran su patio trasero, el resto de América. África es un azaroso y rocambolesco road trip lleno de frustraciones y temperamento, pero que muestra el increíble arrojo y perseverancia de esta mujer. Su estancia en Rusia tiene lugar en unos tiempos de la Guerra Fría en los que las dos potencias se peleaban por el dominio del mundo.
Como suele ocurrir con ciertos libros que uno descubre, sirve como aliciente para seguir explorando la obra y vida de una autora. Vivir y viajar, leer y escribir, verbos que van unidos a la vida de Martha Gellhorn, una autora que no me ha dejado indiferente.
Y como nos dice en la parte final del libro:
En realidad, ¿qué aburre a quién? El umbral del aburrimiento debe de ser como el umbral del dolor, diferente para cada uno.
El viaje como afición antes era un pasatiempo de privilegiados. Ahora es un pasatiempo para todo el mundo.Tal vez el mayor cambio social desde la Segunda Guerra Mundial es la manera en que los ciudadanos de las naciones libres viajan como nunca antes en la historia. Nos hemos convertido en una amplia población flotante y una industria. Somos imprescindibles para muchas economías nacionales, aunque no por eso seamos tratados con gratitud cariñosa, más bien como langostas portadoras de oro.
Dentro del aeropuerto, los rostros cambian, bromeamos, reímos, charlamos con extraños. Sentimos el corazón ligero y jovial porque ya está sucediendo, empezamos, volvemos a viajar…
Hola Alicia. la verdad es que me gustó mucho, el libro merece mucho la pena, también el profundizar en la vida y obra de esta gran mujer. Todo un descubrimiento. Creo que te gustará 🙂
Otra viajera en un mundo de hombres, tengo ganas de leerla