Título: El camino cruel
Autora: Ella Maillart
Reseña hecha por: Iván Marcos @ivanmarcos
Los años treinta del pasado siglo fueron clave en la vieja Europa, fue una época convulsa en el que la Guerra Civil de España fue un preludio de la gran tragedia global que se avencinaba.
En aquellos años treinta ya con Hitler en el poder, la atomósfera dominante de Europa presagiaba un nuevo conflicto que finalmente daría lugar a la madre de todas las batallas: la barbarie de la Segunda Guerra Mundial. En los tiempos previos al gran cataclismo, la mentalidad y los aires de Europa empezaban a dar muestras del caos y abismo que pronto vendría.
El presente libro narra un viaje que tiene lugar en ese preciso momento, la huida de los aires enrarecidos que se sentían en la vieja Europa. Se trataba quizá de «Un viaje en busca de la gente que aún sabe vivir en paz».
La aventura y el libro que salió de aquel viaje es considerado por muchos como un auténtico clásico de la literatura de viajes del siglo pasado, una obra que ahora nos rescata del olvido «La Línea del Horizonte«. Como en sus otros libros editados, hay que quitarse el sombrero ante el trabajo quijotesco que Pilar Rubio hace por la literatura de viajes en España.
El libro nos narra un viaje especial, se realiza en automóvil y va desde Europa hasta Afganistán. El destino final era Kabul y por protagonistas tenemos a dos viajeras, un duo femenino (y quizá poco dinámico) el que formaban Ella Maillart (la narradora del libro) y la polivalente Annemarie Schawarzenbach que además de escritora, viajera y arqueóloga era una yonki adicta a la morfina y a otras sustancias prohibidas.
Kabul por destino y dos mujeres independientes atravesando países musulmanes que actualmente son muy complejos. Hoy en día aquel viaje parece algo impensable, pero tuvo lugar hace ocho décadas con un Ford Roadster Deluxe como coche que les llevó por carreteras que distan mucho de lo que hoy entendemos como tal. Un viaje en la década de los treinta del pasado siglo, una épica aventura que solamente de imaginarla, emociona.
El libro y el viaje fue sin duda un preludio de lo que décadas más tarde sería la ruta psicodélica que los hippies realizaron en los años sesenta y setenta. El viaje de nuestras autoras es más inocente al viaje a Oriente que posteriormente sería el hippie trail buscando los aires exóticos, las drogas de primera calidad y la aventura desenfadada al amparo de la inmortalidad que se presupone uno tiene cuando es joven.
El viaje de Ella y Annemarie es físicamente compartido, pero cualquiera que lea el libro ve de primera mano como parecen dos viajes distintos, uno es el que tiene la narradora con el entorno y otro el que tiene su compañera Annemarie, muchas veces ausente, pensando quizá en el siguiente cuelgue y «viaje» mágico que le produce la morfina.
Las reflexiones de Ella son en muchos casos sensacionales, no son pocas las veces que uno se emociona al leer y sentir sus encuentros con gentes, lugares, religiones y con la Historia. Avanzamos kilómetros y atravesamos fronteras, todo va ocurriendo al amparo de una ruta la suya que durante una buena parte del libro recibe los aromas de la legendaria Ruta de la Seda.
Un fascinante viaje a Oriente en una época en el que viajar estaba lleno de inocencia, una aventura en la que los lugareños se sorprenden al ver llegar a dos viajeras europeas en automóvil. Los Balcanes, Estambul, Persia, las maravillas de Asia Central o las montañas de Afganistán son solamente algunos de los maravillosos lugares que vamos atravesando. Los kilómetros recorridos y las páginas leídas nos van marcando el entorno físico de un viaje de aventura que al final termina siendo íntimo y personal.
En el caso de Annemarie el viaje parece que le deja un poco ausente, y no son pocas las veces en el que uno se pregunta si el viaje fue grato y si la convivencia fue realmente fluida. Al leer algunas páginas parece poco un viaje compartido, uno piensa que el viaje arrastra el desencuentro típico que se produce entre dos personas muy diferentes que van buscando (o que necesitan) viajes opuestos. Las diferentes personalidades y la claustrofobia de un automóvil quizá no fue fácil para ninguna de las dos.
De la Europa anterior a la guerra hasta el lejano Kabul, un viaje épico el que nos regalan dos de las grandes aventureras del pasado siglo. Ella y Annemarie se encuentran quizá con lo más profundo de ellas mismas, un viaje que al final nos deja ver las diferentes personalidades de dos extraordinarias y singulares viajeras.