Título: Entre limones. Historia de un optimista
Autor: Chris Stewart
Reseña hecha por : Alicia Ortego @Alisetter
A menudo leemos libros de viajes allende nuestras fronteras. Cuando pensamos o entablamos una conversación sobre literatura de viajes, pensamos en esas travesías, expediciones y periplos que nos abren los ojos sobre tierras desconocidas, o que nos recuerdan lo vivido si hemos viajado allí.
Hoy quiero hablaros de un libro que nos habla de un viaje que se convirtió en la estancia permanente de un inglés en nuestro país. Concretamente, en la Alpujarra granadina.
No es el primero, ni mucho menos, pero quizá sea el más contemporáneo, y además resulta que nos transmite no sólo una mirada distinta de un microcosmos rural que seguramente a muchos de nosotros también nos resulte desconocido e incluso exótico, sino que nos transmite una mirada distinta de la vida. Y eso no se puede dejar pasar… aunque sea un best-seller 😉 que ha dejado su estela hasta el punto de animar al autor a escribir dos libros más, El loro en el limonero (que me ha gustado también mucho), y Los almendros en flor, que pienso leerlo en cuanto caiga en mis manos 😉 .
Chris Stewart es un eterno optimista, un inglés que fue el primer batería del grupo Génesis, con el que grabó su primer álbum para dejar pasar ese momento y mira tú por dónde, hacerle sitio al gran Phil Collins. Chris se ríe de ello, convencido de que con él, el grupo no hubiera llegado a tan gran puerto….
Después se unió a un circo, aprendió a esquilar ovejas, hizo de guía en China, se enroló en un yate en Grecia, etc., etc. Un hombre inquieto, con la ilusión y las ganas de aprender siempre por delante, y supongo que con una eterna sonrisa, tal como le he visto un par de veces en la Feria del Libro de Madrid.
Animado por sus amigos ingleses, después de un tiempo ya viviendo en un cortijo de la Alpujarra, se decide a escribir un libro sobre esta aventura… y le sale genial!.
En Entre limones nos cuenta cómo un buen día decide emprender un viaje a España, buscando un rincón en el que aprender a ser agricultor, a vivir en la naturaleza, a hacerlo todo con sus propias manos… a alejarse del mundanal ruido. Y lo consigue. Encuentra una inglesa dedicada a intermediar entre los agricultores de la Alpujarra y los compradores, se enamora a primera vista de un cortijo aislado, El Valero, en el fondo de un valle solitario… y sin saber muy bien cómo, se embarca en esta maravillosa aventura. Sin decírselo a su mujer, por cierto, lo compra.
Seguimos subiendo más y más, curva tras curva, con el valle del río extendiéndose a nuestros pies como una fotografía aérea. Continuamos avanzando por un desfiladero y de pronto irrumpimos en otro valle. La llanura que habíamos atravesado desapareció completamente, escondida de nuestra vista por la mole de la montaña y ahogada por el rugir del río abajo en el desfiladero.
(…) Junto al río, divisé un pequeño cortijo en el interior de un valle en forma de herradura, una casa abandonada construida en un tajo cubierto de cactus y rodeada por campos descuidados y bancales de viejos olivos.
… Al llegar me senté en una piedra caliente del cauce del río soñando uno de esos raros sueños que de pronto empiezan a hacerse realidad a tu alrededor…
Lo hace casi como un bebé, que no sabe ni conoce el mundo que pisa. Ni el idioma, ni albañilería, ni carpintería, ni agricultura, ni ganadería… Y está en un lugar perdido entre montañas y un río, sin agua corriente, sin electricidad, nada. Rodeado de gentes que, empezando por el señor que le vende el cortijo, le miran de través, sin entender muy bien qué hace un extranjero por aquí, o qué pretende hacer.
Sin embargo, esa ilusión y ese optimismo están ahí, y son los que le llevan a que no le falte el aliento incluso ante las “crisis de nervios” que su mujer tiene, y a contarlo con tanta gracia, que no puedes menos que reírte, una y otra vez!!.
De paso, descubrimos la realidad y el paisaje de la Alpujarra hace unas décadas. Cómo hablan y cómo se expresan sus habitantes, cómo se ganan la vida, qué cultivan, qué comen, cómo se suceden las estaciones y las tareas del campo en cada momento, qué crece, qué se marchita…
Aunque nos invadía un sentimiento de expectación nerviosa cada vez que pensábamos en el comienzo del implacable calor del verano, cuando al fin llegaba nos sorprendíamos de lo bien que nos adaptábamos a él. Pronto aprendimos a sacar la cama al tejado para dormir bajo las estrellas, a colgar una gruesa manta en la puerta para conservar el aire fresco en el interior de la casa y a poner una botella de agua helada en la nevera de gas para conseguir que siguiera funcionando.
Memorable el relato de la tradicional matanza, y cómo la viven él y su mujer, porque claro, todo sucede a través de los ojos de un inglés que por fortuna se muestra humilde y observador, admirado por lo que le rodea, muy educado, nada prepotente. Quizá por eso caiga tan bien, desde el primer momento y hasta el último 😉 .
Un libro que no quieres que acabe, que mientras lo lees te sientes lleno de optimismo, contento, y con ganas de aprender y emprender cosas, sueños. Suena muy bucólico, pero es así, al menos a mi me ocurrió. La segunda parte de lo que ya es una trilogía, prolonga la historia con la misma frescura, humor e interés, haciéndote volver a ese rincón perdido de la Alpujarra y a los sueños de que otra vida es posible, si quieres.
Me alegro, Jose, seguro que disfrutas 🙂
Libro anotado para leerlo, despues de lo que habeis comentado aquí me habeis abierto el apetito para leerlo, seguro que me gustará pues disfruto un montón con esta clase de literatura. Gracias por la sugerencia.
Gracias a todos, chicos! Realmente es un buen libro para buenos ratos y evasión, ademas de pensar en como vivimos y como podemos hacerlo 🙂 El segundo es igualmente recomendable y el tercero espero leerlo un dia de estos 🙂
Qué curioso, justo leo esta reseña en Debrecen, Hungría, donde me he encontrado con un alpujarreño que me cuenta cada día una historia nueva sobre La Alpujarra y su cortijo. Está claro que tendré que leer este libro.
Gran post Alicia. Pude leer este libro en inglés hace muchos años cuando viví en Escocia, muy interesante la visión de un » guiri· viviendo aquí 😉
Un lugar maravilloso que conozco muy bien, no muy lejos de ese lugar que describes procede un servidor. Lugares y personajes muy auténticos te puedes cruzar, desde un escocés apodado «El inglés» entre sus vecinos autóctonos, hasta un pastor poeta. Gracias por la recomendación de esta lectura 🙂