Título: Sueños perdidos en la Ruta de la Seda
Autor: Marc Morte
Reseña hecha por: Iván Marcos @ivanmarcos
La Ruta de la Seda sigue siendo un viaje que evoca al pasado y está por derecho en los anhelos infantiles y en los sueños de muchos viajeros. Unir Oriente con Occidente es algo que forma parte de la Historia Universal. La diversidad y el mestizaje son dos palabras que unen el complejo universo de culturas y gentes que van desde el Mediterráneo hasta la lejana China.
Tan singular espacio geográfico está lleno de legendarios lugares y de muchos caminos que han visto de todo a lo largo de las tiempos. Por aquí fluía hace siglos el comercio, las ideas, la cultura y las religiones, pero también la barbarie y los genocidios.
Por aquí han pasado algunos de los nombres que la Historia ha inmortalizado, también han perecido millones de personas. Imperios han florecido y otros han caído, las ruinas de la Historia se mezclan con la belleza en infinidad de lugares de tan singular ruta.
Provisto con su mochila y en compañía de su pareja, el autor barcelonés se lanza a un viaje de juventud que les llevará desde Estambul hasta Xian en la lejana China. Del autor ya había leído por cierto el fenomenal libro ¨Cáucaso: Entre leyendas y kaláshnikov¨, obra que merece mucho la pena.
La Ruta de la Seda es un conjunto de caminos y rutas, pero por tierra hay un itinerario más o menos clásico que es el que siguen los dos viajeros: Turquía, Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguistán y finalmente China. Por tanto, la mayor parte del viaje transcurre por territorios de mayoría musulmana y por zonas con diversas complejidades políticas.
El libro está escrito con el corazón y es algo que se nota a lo largo de sus 281 páginas. Debo decir que he empatizado con el autor desde el primer momento. Me ha gustado mucho como escribe y la forma en que las palabras fluyen desde las entrañas y se mezclan con las vivencias de los caminos recorridos. El viaje viene de los sueños más profundos y fluye con la amplitud de miras, la sencillez, humildad y el toque humanista del autor. Todo ello es algo que se nota y que va mostrando durante los miles de kilómetros de tan especial viaje.
El autor y su pareja disfrutan enormemente con los encuentros humanos del camino, bien sean locales u otros viajeros, sin olvidarnos del enorme peso que la Historia tiene en dichas latitudes.
Un libro que merece mucho la pena y que está escrito con la inocencia y humildad de quien sigue el viaje de sus sueños infantiles.
Otro libro que me interesa. Hice la parte china de la ruta en 1985, el primer año que dejaron entrar a viajeros individuales aunque con solo 29 ciudades permitidas, aunque me colé en algunos sitios prohibidos. Entre las permitidas no estaba Kashgar, así que fui hasta Urumqui.
Volví a hacerla en 1995 ¡cuantos cambios en 10 años! esta vez si que pude llegar a Kashgar.