Título: Viaje al silencio. Por los caminos de Asia Central
Autor: Francisco López- Seivane
Reseña hecha por : Iván Marcos @ivanmarcos
Asia Central es una de las zonas calientes del Planeta, localizada en lo que fue la extinta Unión Soviética navega a camino entre Asia, Rusia y el mundo islámico. Es una zona que sin duda va a marcar parte del siglo XXI que apenas acaba de empezar. Las antiguas repúblicas son parte principal del juego geopolítico, energético y estratégico de una zona tremendamente convulsa. En esa zona hay un caleidoscopio de etnias, religiones, razas e intereses que provoca oleadas de conflictos , revueltas y protestas cada poco tiempo.
Una posición cercana a China y a Rusia unido a estar a tiro de piedra de Afganistán e Irán hacen de estos nuevos países una zona tremendamente importante para algunas potencias occidentales. Si a ello le sumamos los enormes recursos naturales hacen que se convierta en uno de los tableros políticos donde se jugaran muchos cometidos del presente siglo.
Durante las últimas semanas he estado viajando por la zona y he podido constatar en primera persona alguna de las impresiones y realidades que pude leer en el presente libro. Las fronteras marcadas se prestan desde que Stalin manejaba con mano de hierro todo el vasto imperio soviético. Con la caída del Telón de Acero y del yugo soviético aparecieron estos nuevos países. Una carencia de identidad unida el caos étnico y de fronteras marca de forma alarmante estas ex repúblicas convertidas en países de la noche a la mañana . Las identidades apenas existen y se confunden en esta parte del mundo con una mezcla étnica y racial enorme: uzbekos, tayikos, rusos, uiguires, kirgizos, ucranianos, turcos, mongoles y un sinfín de etnias diversas se extienden por esta zona del globo. A todo ello se une la realidad del Islam, que convive entre posturas radicales y el islam no practicante. El alcoholismo de una parte de la población y las licorerías conviven al lado de las mezquitas y madrasas, lo que nos demuestra las contradiciones de la zona.
Las identidades impuestas con calzador esconden un caos digno de estudio, la modernidad convive en muchos casos con el nomadismo y con ancestrales y tribales formas de entender la vida. El nomadismo sigue presente en algunas latitudes y de forma contradictoria y caótica conviven a veces lo rural con lo urbano, lo moderno con lo antiguo. Todo se une a dos formas de ver el pasado, unos con la añoranza del comunismo tiránico con la protección y subvención rusa y otros con el abrazo a un nuevo capitalismo en la mayor parte de las veces extremadamente corrupto. A mitad de camino se queda la mayor parte de la población que solamente se preocupa en sobrevivir.
El viaje del presente libro le lleva por las repúblicas de Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán y Kazajstán. Un Viaje no exento de caos y problemas que no es obstáculo para que el autor logre encontrar las diferencias que van desde la brusquedad a la amabilidad de unas gentes poco acostumbradas a los contactos con los extranjeros.
La juventud administrativa e independiente de estas ex repúblicas contrasta con el pasado culto, comercial y glorioso de algunos de los asentamientos que pueblan estos países. Ciudades como Samarkanda o Bújara son desde hace siglos parte de la legendaria Ruta de la Seda. Hoy en día conservan en la arquitectura parte del esplendor de aquella época. Pero todas estas ex repúblicas arrastran una gran losa, es el haber sido durante setenta años parte del imperio soviético. La burocracia institucionalizada se une a unas formas de atender al público que sorprende al viajero occidental.
El estar ligados a la Madre Rusia les ha dejado huella, una corrupción extrema, la burocracia reinante en el día a día y muchas otras características nos van acompañando a través del libro. En las páginas encontramos tanto experiencias personales como retales de la Historia. Aparecen de forma divertida encuentros con conductores, con interpretes, con humildes ciudadanos o con embajadores.
En algunas partes del libro se nota un tono demasiado altivo del escritor, demasiado crítico con las penalidades que sufre, parece en ocasiones más un turista de maleta que un humilde viajero. Muchas veces se muestra que poco tiene que ver con otros escritores de viajes que viajan ligeros de equipaje con su mochila al hombro. No obstante , se trata de un libro interesante y que permite al lector conocer e ir atravesando las repúblicas de Asia Central. Un viaje y un libro que nos sirve de ayuda para entender algo del caos social y del futuro incierto de esta parte del mundo. Una zona tan desconocida como apasionante y contradictoria.
Opino como la mayoría, es muy pesado leer a un hombre que va como turista rico y no como verdadero viajero.
El libro es interesante por el relato, pero el auto no es agradable.
Iván muy buena tu reseña. Estoy tratando de conseguir el libro. Desde tus comentarios de Mongolia en adelante me he leído todas tus publicaciones ya que como te comenté estoy organizando recorrer en mi camioneta Rusia, Mongolia, los 5 países de Asia Central, Irán y Turquía, en definitiva gran parte de la Ruta de la seda. Mandaré mi camioneta hasta Vladivostok y arrancaré desde ahí hacia el lago Baikal. Soy un gran lector de historias de viajeros, por lo cuál tus crónicas siempre me han interesado mucho.
Iván, no intentaba molestarte, sólo apostillar algo.
Concuerdo con Alicia, sus comentarios despectivos son muy chocantes, y además para mí él no es viajero, va a todas partes acompañado por guías, chóferes, no deja nada al azar, hay poca espontaneidad durante su viaje, pero es verdad que engancha su manera de escribir. Yo me lo leí in situ, lo cual siempre es interesante porque puedes compararlo en el momento. Creo que uno se hace una idea muy real de cómo es aquello, pero que le falta profundizar en la sociedad, en las personas
@Claudia: Gracias por del detalle, tu tan perfecionista como siempre….Se me ha pasado eso de que iba a Tayikistán.
@Alicia: Creo que escribe bien, pero a veces se pasa un poco de pedante, nada que ver con otros libros de viaje. Siempre me chirriaba eso que comentaba de las maletas y ciertos rajazos que mete contra ciertas cosas y personas. No obstante es un libro recomendable
También leí este libro, en mi caso al poco de volver de mi viaje por esas tierras…. y me pasó un poco lo que comentas al final de la reseña, Iván. Al principio me provocaron casi rechazo los comentarios del autor, en lo que se refiere a su experiencia como «viajero», demasiado insistente en las incomodidades y retratando los encuentros con un poso de desdén hacia las gentes de allí. Aun así continué leyendo, y me fue gustando cada vez más, no sé muy bien cómo lo consiguió, pero me encontré de nuevo viajando por allí. No sé cómo lo recibirán los lectores que no hayan ido.
Muy buena la reseña! 🙂
no va a Tayikistán, es el único país al que no va por lo arriesgado que es en ese momento