Título: Diario de Bolivia
Autor: Ernesto Guevara de la Serna
Reseña hecha por : Juan A. Martos @juanms
Hace unos años viajé por Bolivia. Es un país pobre, de personas humildes que trabajan duro para poder comer, sobre todo los que viven en el Altiplano, una inmensa extensión de terreno que te hace vivir más cerca del Cielo, y donde el rey Sol te abrasa de día. Por eso los bolivianos son de tez más oscura en estas alturas. Al atardecer un frio seco lo invade todo y te hace temblar si estás al raso. También tiene una gran parte de selva al noreste, donde parece que las plantas e insectos quisieran engullirte. La Cordillera de Los Andes termina de dibujar una geografía de ensueño. Volcanes, salares inmensos, ríos, quebradas más grandes que el Gran Cañón del Colorado, te trasladan a tiempos del Triásico y del Jurásico.
En este escenario encontró su muerte, un tal Ernesto Guevara de la Serna, de origen Argentino y de formación en medicina y en las artes revolucionarias, que quiso un día comprobar una tesis: Se podían crear las circunstancias necesarias –si no existían- en un país para que surgiera una revolución del pueblo. Para ello sólo contaba con unas dos o tres decenas de hombres armados, unos caballos, y unas cuantas mulas de carga. Algunos de estos hombres eran de su total confianza, además de amigos tras luchar en otros frentes revolucionarios anteriores.
En un pequeño cuaderno iba anotando al final de cada jornada sus progresos, sus sufrimientos, la dura realidad del día a día para hacer la revolución. Utiliza frases cortas, precisas como un cirujano de guerra; También iba redactando la relación con los campesinos que se iba encontrando en el camino; las pérdidas de sus compañeros de años de lucha y las noticias muchas veces tergiversadas que le llegaban del exterior por una radio antigua.
Un viaje que no superaría casi nadie hoy en día. Ya en que en muchos lugares, al igual que hacía él y sus hombres, le tendían emboscadas, tanto el ejército nacional con la colaboración de soldados de élite de EEUU, como por la poca colaboración y apoyo que encontraba en el pueblo boliviano en la medida que se sucedían los días y los meses. Sólo disparaba a matar en combate. Se portaba bien con los prisioneros, con los campesinos y con sus soldados a veces un tanto indisciplinados. El hambre y las enfermedades rápidamente hicieron mella en la moral de sus hombres. En cambio la suya casi siempre permanecía intacta a pesar del enorme dolor que le provocaba perder a sus amigos y compañeros de lucha.
Es un libro para leer despacio. Yo lo Leí en Madrid unos años más tarde, después de hacer este viaje, en los largos meses de rutina de mi trabajo. Cada día leía un día correspondiente a su diario. Una página aproximadamente. De esta forma se obtiene una idea del valor, del coraje, del sufrimiento y de la humanidad que en muchas ocasiones “El Ché” demostraba al atender a los enfermos que se iban encontrando, pagar a los campesinos los alimentos o daños ocasionados, entre otras acciones, forjándose así su la leyenda de sus espíritu que aún hoy sigue presente en muchos rincones del Globo.
Animo a todos a leer este libro dejando atrás la contaminación política, porque se podrá estar en desacuerdo con parte de la metodología que utilizó para comprobar su tesis, especialmente con la lucha armada, pero no con el objetivo tan humano que perseguía, como era sacar al pueblo de la esclavitud, de la ignorancia y de la miseria en la que aún hoy en día permanecen muchos millones de personas no sólo en Bolivia, sino en todo el Mundo, independientemente de de los distintos sistemas políticos establecidos.
Una anécdota cómica:
“Nos retiramos a pie caminando los 12 km hasta el cruce sin encontrar a Miguel en este punto, tuvimos noticias de que el jeep se encangrejaba por falta de agua. A unos 3 km de allí lo encontramos: orinamos todos en él y con una cantimplora de agua pudimos llegar al punto máximo alcanzando”
Mayo 31 “El jeep seguía braveando con sus orines…”
Aquí se podéis descargar el diario
Pues saludos, Juan! Hoy desde Barcelona, aunque mañana desde Madrid 😉 espero que sigas escribiendo! No te preocupes, que todos somos aficionados, y desde luego creo que estas a la altura!! Un abrazo
Gracias Ali, Carlos e Iván. Mi primer post en leeryvijar por fin. No puedo competir con unos lectores impresionantes como vosotros, pero encantado de escribir de vez en cuando. Os envío saludos desde Chile, una ciudad (Valparaiso) que invita a todo lo que tenga que ver con la imgaginación y con el arte, por algo fue declarada ciudad patrimonio de la humanidad 🙂
Hola Juan. Buen post, y bienvenido a Leer y Viajar. Ya sabes donde tienes tu casa y muchos amigos 😉
Gracias por el post Juan. Genial idea ir leyendo una entrada del diario cada día. Un buen flashback mañanero para ir recorriendo las sierras bolivianas desde la oficina. Ernesto Che Guevara, es ya un icono del siglo XX, gracias al fotógrafo Korda.
Un abrazo!
Buen post, Juan! No conocía este libro y me has animado, lo leeré, gracias!! 🙂