Título: Socotra, la isla de los genios
Autor: Jordi Esteva
Reseña hecha por : Alicia Ortego @Alisetter
Estas Navidades, buscando un libro para regalar a mi madre, me topé con Socotra, la isla de los genios, y enseguida llamó mi atención por la preciosa foto de la portada y porque estaba centrado en un lugar de Yemen, un país al que mis padres han viajado hace tiempo. No pude acertar más con la elección, porque tanto a ella como a mi nos ha encantado, fascinado.
Jordi Esteva es escritor y fotógrafo, que vivió cinco años en El Cairo, donde aprendió a hablar árabe. No es éste su primer libro, en realidad creo que es el último que ha publicado, pero desde ya mismo me rindo a su pluma y pienso leer otros títulos como Mil y una Voces, viaje al país de las almas, Los árabes del mar…
¿Qué es Socotra o Suqutra y dónde está? Pues es una isla perdida del Índico, a casi 400 km de las costas de Arabia, y pertenece a Yemen.
Pero es mucho más que eso… es un mundo fantástico, un mundo perdido con una morfología, flora y fauna singulares, propios, irrepetibles y que nos traen a la memoria las descripciones de lo que debió de ser nuestro mundo hace miles y miles de años, antes incluso de la presencia del hombre. Al menos, así nos lo hace notar Jordi Esteva, con una prosa maravillosa y absolutamente evocadora. Yo no sé vosotros pero desde luego Socotra ha quedado en mi mente como un lugar soñado gracias a este libro de viajes, un lugar al que quiero viajar algún día, aunque ahora haya que esperar pacientemente a que la paz se restablezca en este país al que los medios de comunicación le conceden mucho menos tiempo e imágenes, pero que también está sumido en su propia “primavera árabe”.
Volvamos a este maravilloso relato… Además de presentarnos y llevarnos de la mano al interior de la isla, Jordi va desgranando todas las historias y leyendas que hacen referencia a la misma, un elemento de sorpresa y deleite continuos, la verdad. Por ejemplo, aquí es donde se sitúa el segundo viaje de Simbad el Marino y sus encuentros con el ave Roc.
Y es que uno de los “objetivos de viaje” de Jordi es recabar las leyendas, quizá las pruebas que aún queden en la memoria de la existencia de este ave, entre sus habitantes.
Habitantes de rasgos más parecidos a nuestros ancestros, de miradas penetrantes, de hospitalidad exquisita aun cuando sus medios sean pocos (aquí, el viajero occidental es quien les agasaja con la compra de cabras para la cena), reticentes a hablar de los yins y de los makole o curanderos, porque la dictadura islámica del gobierno yemení les impide hablar de ello… aunque en la noche, tras la cena y alrededor del fuego, Jordi consigue que hablen –después de que él mismo les cuente una historia o mito-.
Gentes que han tenido que adaptarse a las exigencias de un gobierno comunista primero, y de un gobierno islámico después… cuando ellos viven realmente ajenos a todo en sus montañas, o al menos así nos lo parece.
Los curanderos o brujos son los grandes conocedores de las plantas de esta singular isla. Aquí crecen como en ningún otro lugar los árboles del incienso y la mirra, además del árbol de la “sangre del dragón” (parece ser que con esto se untaban los gladiadores de la antigua Roma), y muchas otras plantas que atraen a los botánicos a la isla constantemente.
Los antiguos egipcios se abastecían aquí de incienso para sus momias… y tened en cuenta que, como bien señala Jordi, no sólo se momificaban a los faraones, también se han encontrado cientos o miles de momias de gato!!.
Estoy en un sueño –exclamé- ¡Pensar que quizá de este mismo valle procedía el incienso con el que los egipcios momificaban a sus faraones! Cuando vivía en El Cairo solía visitar el Museo Egipcio, pero por aquel entonces la sala de las momias estaba cerrada. Al cabo de unos años la abrieron de nuevo y pude contemplar la momia de Ramsés II. ¡Quizá fue embalsamada con incienso de este mismo lugar!.
Insisto, la forma en que el autor enlaza su conocimiento de la cultura árabe e islámica, los mitos, las leyendas y la Historia, con lo que experimenta durante el viaje y el contacto con los socotríes es maravilloso y hace que te den ganas de salir corriendo allí, de acompañarle, y por supuesto de viajar.
No acaban las sorpresas… Socotra era conocida en la antigüedad por su misterio, ya que frecuentemente se ve cubierta y “descubierta” de nubes que despistaban a los marineros, llegando a pensar que era una isla mágica que aparecía y desaparecía a su antojo.
Los marineros de Omán afirmaban que Socotra surgía en la galerna cuando ya era demasiado tarde para maniobrar y que los veleros se estrellaban contra los acantilados mientras la isla se ocultaba tras la espesa niebla al acecho del siguiente navío.
Esta peculiaridad de la isla era conocida desde muy antiguo y estaba documentada en el Relato de un náufrago, el primer documento histórico sobre navegación, escrito en un papiro egipcio que alberga el museo del Hermitage de San Petersburgo.
El propio Marco Polo escribió sobre los pobladores de Socotra como “los magos y nigromantes más sabios que había en el mundo”.
Dominaban los vientos y podían cambiarlos a su voluntad. Si un pirata había robado en la isla, lo retenían mediante conjuros. Por más que desplegara sus velas y enfilara al horizonte, los socotríes conseguían con sus sortilegios que un viento huracanado soplara en dirección contraria.
El primer encuentro de Jordi con los socotríes, en el aeropuerto de Mukala, después de una infructuosa búsqueda de barcos que pudieran llevarle a la isla, no fue muy feliz… Entablando conversación (en árabe) con algunos de los que esperan pacientemente a subir al avión, Jordi –quizá apresurándose- pregunta por el ave Roc, y se interesa por saber si la leyenda de este ave se enseña en las escuelas.
La respuesta de uno de aquellos hombres es tajante:
¿Para qué se va a enseñar? Todas esas historias que te interesan tanto son cosas del pasado o leyendas que se cuentan sobre Socotra –miró con desconfianza alrededor-. Somos gente de las montañas. Hemos vivido aislados, pero eso se está acabando. Ahora pertenecemos al Yemen unificado. Aprendemos el árabe en las escuelas. Somos buenos musulmanes y no creemos en leyendas: Makole! –refunfuñó-. Hoy tenemos médicos, medicinas modernas, un pequeño hospital. Se construyen carreteras, mezquitas, ¡tenemos por fin aviones a Adén y a Mukala! Ya no es necesario que nos juguemos la vida en un barco cargado de gente cuando queremos salir de la isla. ¿Por qué no te interesa comprobar todos estos cambios y contarlos fuera?
Quise replicarle para dejar bien claro que una cosa era seguir anclado en la tradición más oscurantista y otra muy diferente hacer tabla rasa y abandonar una lengua hablada desde tiempos de Salomón.
[…] Desde los antiguos egipcios a los griegos de Alejandro Magno, por no mencionar a los árabes del califato de Bagdad, todos buscaron las resinas aromáticas y las plantas de la isla por sus poderosas propiedades curativas. No podía echarse por la borda aquella maravillosa farmacopea de la cual los makole eran depositarios. Quise hablarle de todo ello, pero me lo impidió su hosca mirada bajo sus cejas pobladas y unidas.
Podría seguir contándoos todas las referencias sobre leyendas e Historia que rodean a la isla, pero será infinitamente mejor si las descubrís vosotros mismos en este maravilloso libro, este precioso viaje que Jordi Esteva nos regala. De verdad, no os arrepentiréis 🙂 .
Quiero ir a Socotra. en verdad.
Hola Alicia,
no pude conseguir el libro en México pero ya lo encargué a una amiga a España.
Acabo de regresar de Socotra, la experiencia superó todas mis espectativas que ya eran bastantes, puedes ver algunas fotos en mi FB (casa lucia maya) pero faltan muchas más especialmente las de los árboles Sangre de Dragón que fueron los que iniciaron mi interés por conocer esa isla, estuve diez días, ocho de ellos en campamento en lugares fantásticos, la magia de los lugares te contrae el alma, aíun no consigo digerir lo visto y experimentado, es como si aún no despertara de ese extraño y fabuloso sueño… Muero por comenzar a pintar.
Coincidentemente el guia que nos tocó conoció a Jordi pues justamente su hermano de él fue quien acompañó a Jordi por sus travesías en las montañas.
Poca gente visita o sabe de la isla, tal vez por ello se mantiene vírgen y maravillosa… su gente es
dulce y limpia de corazón, sencilla y afectuosa. Me fui triste de dejar la isla, lo días se hacían largos como era el correr del tiempo hace años, como cuando era niña… las horas corren despacio porque todo es contemplación y asombro.
Me gustaría mucho tener ya el libro de Jordi en mis manos… Cuando conoces los sitios la lectura se adhiere más a las sensaciones de la narración.
Cariñosamente,
Maya
Por supuesto! habrá fotos en febrero pues además voy con 2 fotógrafas norteamericanas, y yo espero volver con un sinfin de experiencias e imágenes para pintar.
No dejes de conocer México también tenemos lugares mágicos como Socotra.
Hasta pronto.
Lucía Maya.
Qué suerte, Lucía!!! gracias a ti, y no dejes de compartir tu experiencia en esa tierra maravillosa que yo también espero conocer, algún día… 🙂
Voy corriendo a conseguir ese libro maravilloso, soy pintora mexicana y voy a Socotra en 15 días
con dos amigas fotógrafas norteamericanas, ha sido un placer leer tu reseña Alicia.
Lucía Maya
me encanta que te encante, como a mi… es un libro maravilloso, que seguramente vuelva a leer dentro de un tiempo (no suele pasarme eso de querer volver a leerlo), aunque primero creo que caerán otros libros de Jordi Esteva que llevan publicados desde hace tiempo y hasta ahora no me animé, como «Los árabes del mar»… 😉
Me ha flipado el libro Alicia. Ha sido una maravillosa lectura y uno de esos libros que reconfortan a uno mismo. Genial la forma de escribir de Jordi y sensacional las emociones que transmite en el libro, en su viaje y en los encuentros. Ha sido genial el ver como l acopla la Historia con los sueños, la lectura, los viajes y los encuentros con el mundo, sus gentes y al final con uno mismo. Gracias por la recomendación y la reseña 😉
Gracias guapa! pues si, dan ganas de salir para allá corriendo y descubrir ése mundo mágico 🙂
Un abrazo
Buenísima reseña Alicia, me ha encantado. Supe de Socotra por un link que dejaste en Facebook hace algunas semanas, del programa Miradas si no me equivoco, nunca antes había oído hablar sobre la isla, me ha fascinado suena a leyenda.
Gracias Ivan!, no remolonees q te va a gustar 😉
Fenomenal reseña Alicia, tras verte tan entusiasmada con el libro no me queda otra que leerlo 🙂
Gracias Carlos, totalmente de acuerdo, hay sitios en que vivimos la magia :-)… por cierto, también Victoria contó ése día su anécdota en Socotra y lo destacó como uno de los viajes que le han marcado… 🙂
Fantástica reseña Alicia, creo también en la magia, porque el día que te vi con el libro en la mano había estado hablando con un amigo catalán que quería viajar a Socotra, que además se llama Jordi