Título: Los últimos pianos de Siberia
Autora: Sophy Roberts
Autora de la reseña: Rocío Periago
Publicado por Seix Barral en el año 2021, este es el primer libro que he leído de Sophy Roberts y me he convertido en una auténtica fan de esta escritora que ya está preparando otro libro dedicado a la región de los grandes lagos de África.
Viajera impenitente, empeñada en ofrecer una voz nueva, fotógrafa y escritora, Sophy Roberts tiene un podcast llamado «Gone to Timbuktu» (en inglés) donde habla con periodistas y escritores sobre su trabajo y experiencias. También escribe en varios medios internacionales y se confiesa una apasionada de los lugares poco comunes.
Reconozco que Siberia no es un lugar que me atraiga especialmente, pero Los últimos pianos de Siberia me ha enganchado desde la primera página. No sólo porque lo que cuenta es real, sino porque lo narra de una forma muy amena. Con un estilo muy visual y descriptivo, ofrece mucha información y al mismo tiempo es muy fácil de leer.
Además, el libro tiene una web propia llamada The Lost Pianos of Siberia donde comparte vídeos, interpretaciones de música en los pianos que se va encontrado en el camino, fotos… siendo perfecta para poner cara a las personas y lugares de los que habla.
La historia del libro es la búsqueda que hizo Sophy Roberts de un piano en Siberia para una amiga pianista que vive en Mongolia
Todos asociamos Siberia a un lugar de frío extremo, gulags, historias oscuras… pero también es un territorio salpicado de pianos, con una cultura y un amor por la música tremendo.
Esto es fruto de la importante cultura musical que se desarrolló en los siglos XIX y XX en Rusia, en la que los pianos tenían un gran peso. De hecho, eran el centro de la vida tanto pública como privada.
En todas las casas había un piano y saber tocarlo era una cuestión de estatus social.
A lo largo de todo el país se fueron abriendo academias musicales, salas de conciertos y auditorios. No sólo en Moscú y San Petersburgo, sino en lugares mucho más alejados como las remotas poblaciones de Siberia. Porque ¿qué mejor forma de combatir el frío y la oscuridad, en una época en que no había televisión ni internet, que reunirse en una casa para escuchar un concierto de piano?
Militares, gobernadores, músicos y concertistas, exiliados… muchas de estas personas se fueron a vivir con su familia a Siberia y, si se lo podían permitir, se llevaban su piano entre sus cosas. Y muchos de estos instrumentos se han quedado allí, en ese territorio de fronteras imprecisas.
El libro también es la crónica de un viaje a Siberia en la que se cruzan situaciones como la búsqueda de tigres siberianos en la taiga, conversaciones con familias de afinadores de pianos y supervivientes del sitio de Leningrado, viajes en el macizo de Altai, un macizo montañoso que hace frontera con Mongolia, Kazajistán y China. Nos encontraremos incluso escuchando a Juan Sebastián Bach o Schopen en una tienda de nómadas en la estepa.
En realidad también es un viaje por los últimos 150 años de la historia de Rusia, contextualizando y aportando quizá algo de claridad a la actualidad política y militar. Conocer el pasado para entender el presente.
Puedes escuchar esta reseña más desarrollada en nuestro programa de podcasts Leer y Viajar, presente en las principales plataformas del género. Te dejamos aquí el link a Spotify: