Título: Tres maneras de volcar un barco
Autor: Chris Stewart
Reseña hecha por : César Aguilar
Un día oí a Chris Stewart hablar en la radio de este, su último libro,
y me despertó la curiosidad sobre sus relatos viajeros. Para quien no
lo conozca, es un tipo bastante curioso que ya se había hecho célebre
como escritor con su primer libro “Entre limones”. Británico, de vida
errante durante algunos años, batería en el primer disco de Génesis,
esquilador de ovejas en Suecia o redactor de guías de viaje, son
algunas de las “perlas excéntricas” que completan una curiosa
biografía personal.
El caso es que tiene una manera de escribir
campechana y riéndose de sí mismo que ha conectado con mucha gente, en
especial con el público británico donde tiene mucha acogida.
No hay
más que ver el título del libro “Tres maneras de volcar un barco” en
el que cuenta varias historias relacionadas con los barcos y su poca
habilidad para la náutica.
Los barcos se le resisten pero fantasea con la vida nómada que le
daría su conocimiento, pero él es un optimista y pese a los fracasos
lo intenta. En un momento le surge la oportunidad de llevar un velero
para sus propietarios ingleses, ya muy mayores, que necesitan un
patrón para sus salidas de verano por las costas de Grecia.
Ni corto ni perezoso, y sin saber manejar un barco en condiciones, les dice que sí. Ahí empieza su carrera personal para ponerse al día de náutica y
ser capaz de controlar un velero que no es suyo sin que de esto tengan
conocimiento sus propietarios.
Acabado ese accidentado verano, vuelve
al mar en una travesía en velero que le llevará hasta los fiordos
noruegos para de ahí cruzar el Atlántico por Islandia hasta
Groenlandia. Bueno esa vez ya es con unos amigos experimentados, lo
que es un alivio tras la tensión de leer lo del verano griego. En
definitiva un vividor, en el mejor sentido de la palabra, con una fina
ironía de sí mismo y una gran habilidad para convertir en libros sus
anécdotas personales.
Gran reseña César, gracias. Todo un personaje el amigo Stewart 🙂